Antonio D. Rodríguez Fernández




Antonio D. Rodríguez Fernández

Nací en Valencia (España) y sigo viviendo aquí, en Valencia. Soy Ingeniero Técnico de Obras Públicas e Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Valencia. Esta vocación debía existir en mi interior de siempre, por que de lo contrario mi hermana no se reiría de mi cuando me recuerda los primeros días que empece a estudiar en «el Poli» y me dijo «si de pequeño eras un pesado, cuando viajábamos en coche con los papas o los tíos te pasabas el día haciendo puentes de un sitio a otro».

Pues eso hice, estudiar caminos y no construir nunca ningún puente porque mi vida en la ingeniería, entre otras cosas, se vio encaminada hacia las obras hidráulicas con la construcción de unas cuantas estaciones depuradoras de aguas residuales, infraestructuras igualmente importantes pero con menos romanticismo. Complete mi formación con un Máster en planificación y gestión de infraestructuras y con estudios en otras disciplinas que no vienen al caso. Mi vida laboral se inicio en una importante empresa constructora de la Comunidad Valenciana, en la que sigo muy a gusto después de muchos años, y en la que he dejado de construir cosas para hacer otras tareas dentro de la organización. Vamos, nada raro, algo que suele suceder cuando uno va adquiriendo experiencia.

Siempre me ha gustado el deporte y he practicado muchos, algunos con más éxito que otros, pero ha habido un deporte que siempre me ha apasionado, el fútbol. Empece a jugar con 13 años y aunque ahora parezca que es una barbaridad, cuando yo era un niño por debajo de los 11-12 años creo recordar que no existía ninguna categoría en la que hubiesen competiciones para poder practicar el fútbol. Cuando digo empece a jugar me refiero en un equipo, con licencia federativa y esas cosas, que antes no había tantas escuelas de fútbol como ahora.

Jugar, lo que se dice jugar, lo hice creo que nada mas deje de comer papillas. Mis primeras fotos jugando al fútbol son con mi tío y mi padre en casa de mis abuelos. En ellas sale mi madre embarazada de mi hermana tres años menor que yo. Ya mas mayor nos íbamos con mis amigos de la infancia a jugar al río los sábados y en semana santa, y digo íbamos porque mi hermano pequeño, aun siendo un retaco, siempre quería venir conmigo a jugar a la pelota.

Mi primera cámara

Mi primera cámara

La fotografía es una cosa que descubrí en la comunión cuando me regalaron mi primera cámara, una Kodak Instamatic 25. Ni era una gran cámara ni es que hiciese maravillas con ella, mas bien me dedicaba a cortar las cabezas y los brazos de las personas que salían en las fotografías por encuadrar mal, pero fue un contacto que dejo su huella. Evidentemente poco a poco fui aprendiendo algo, si no esta pagina no existiría. La verdad es que no aprendí muchas, hasta que un día cayo en mis manos el libro «La fotografía paso a paso» de Michael Langford, lo leí y volvió mi interés por la fotografía. Cuando empece a trabajar y ahorre un poquito me compre una réflex analógica, una Olimpus OM101 con la que hice menos fotos de las que me hubiese gustado hacer.

Como siempre he sido un poco curioso e inquieto, en otoño de 1982 y por no oírme dar la lata, me llevaron a una exposición en la que se mostraban los últimos adelantos tecnológicos donde había un flamante IBM PERSONAL COMPUTER que te dejaban tocar unos minutos, no sin antes haber hecho una cola de mil demonios. Esas mismas navidades un amigo me enseño el ZX-Spectrum de 48K que le habían regalado sus padres, desde entonces quede definitivamente fascinado por la informática y el mundo de los ordenadores.

Mira por donde la aparición de las cámaras digitales acabo de cuadrar el circulo. Se acabaron los altos costes del revelado y se podía hacer muchas cosas con las fotografías y el ordenador, pero muchas menos que ahora. Eso si había que gastar un montón de dinero en una cámara digital. Tuve la suerte de que en mi empresa nos gastábamos un dineral en revelar fotografías y decidieron adquirir una cámara digital, lo que me permitió aprender ha hacer cosas con las fotografías en el ordenador. Me copiaba algunas fotografías que hacia en el trabajo y las destrozaba en mi casa con los ordenadores de la época, claro. Cuando pude evidentemente me compre una.

No fue hasta 2008 cuando decidí retomar en serio mi afición a la fotografía. Me costo decidirme pero al final compre mi primera réflex digital, una Canon EOS-50D. A partir de ese momento empece a devorar toda la información que encontraba relacionada con la fotografía en todos sus aspectos, desde técnica fotográfica básica a revelado digital avanzado, pero sobre todo en composición, en lo que todavía tengo mucho que aprender pero a lo que mi mente cuadriculada se resiste y no se deja llevar por lo aspectos artísticos. Sigo y seguiré aprendiendo fotografía.